Yanira Estrada – Haphy
Actualmente, el mundo está envejeciendo a pasos agigantados, todos los países están viendo un aumento considerable en el número y proporción de adultos mayores, México no es ajeno a este asunto que está pasando a nivel global.
Este fenómeno es una de las transformaciones sociales más importantes del siglo XXI cuyas implicaciones se ven reflejadas en varios sectores de la sociedad empezando por el mercado laboral y financiero, seguido de la demanda tanto de bienes como de servicios dónde destaca la vivienda, seguridad social y salud por mencionar algunos; asimismo, estas vicisitudes, modifica las relaciones familiares y por ende las generacionales.
Este segmento de la población, por décadas contribuyeron al crecimiento y desarrollo; sin embargo, al día de hoy, los gobiernos han tenido que integrar políticas y programas para contener las presiones fiscales y sociales debido a las necesidades de seguridad social y asistencia en materia de salud hacia los adultos mayores que va en aumento.
A nivel mundial, la población de 65 años crece a un ritmo más rápido que el resto de los segmentos. De acuerdo a datos globales, para el 2050, uno de cuatro personas que viven en Europa y América del norte llegaría a tener 65 años o más. Ante esta situación y a falta de políticas públicas transversales en materia de salud para este segmento poblacional, ¿qué se puede hacer?
Por lo antes mencionado y derivado de que esta población requerirá de atención especializada para afrontar los cambios físicos y psicológicos asociados con el envejecimiento, lo que puede incluir cuidados de la salud específicos, terapia ocupacional o fisioterapia, entre otros.
Terapia acuática para mejorar la salud
Es una herramienta en la movilidad de los adultos mayores y da beneficio directo para un envejecimiento digno y más en aquellas personas que por cuestiones de salud se han visto afectadas por el deterioro de enfermedades cardiovasculares y/o crónico degenerativas.
La terapia acuática, por su parte, es un tipo de tratamiento donde mediante la aplicación de ejercicios y técnicas terapéuticas en el agua el cuerpo puede moverse de manera fluida, segura y hasta divertida. Este tipo de terapia puede ser beneficiosa para una amplia variedad de afecciones, incluyendo lesiones músculo-esqueléticas, afecciones neurológicas y enfermedades crónicas. Este medio proporciona un ambiente de soporte para el cuerpo, lo que reduce el estrés en las articulaciones y permite una mayor libertad de movimiento. Además, la resistencia del agua proporciona un efecto de entrenamiento de bajo impacto que puede mejorar la fuerza y la resistencia, es guiada por un terapeuta especializado capacitado en el manejo de las necesidades propias del paciente.
Por otra parte, es especialmente beneficiosa para los adultos mayores, ya que el medio hídrico permite un ejercicio más suave y de bajo impacto en las articulaciones, lo cual reduce el dolor y coadyuva a una mejor movilidad. Además, el agua proporciona un ambiente de soporte para el cuerpo, lo que puede ayudar a optimar el equilibrio y la estabilidad en personas mayores que pueden ser susceptibles a caídas. Los ejercicios acuáticos favorecen a mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y la capacidad cardiovascular, así como a aliviar el dolor en personas que sufren de condiciones crónicas como la osteoartritis.
Prevenir caídas es de mucha utilidad para esta población debido a la gran cantidad de estímulos a los que el cuerpo es sometido, promueve el equilibrio, la fuerza, la agilidad física y mental, algo que vamos perdiendo con el paso del tiempo. Sentirse independientes, físicamente hablando, estimula la seguridad y puede reducir la gravedad en caso de un percance.
Este tipo de tratamientos para adultos mayores puede ser realizada por un terapeuta especializado en el manejo de las necesidades específicas de este grupo de edad. Esta puede ser personalizada de acuerdo a los requerimientos e independencia del paciente. Pasiva con técnicas como el Watsu donde el paciente puede simplemente relajarse y concentrarse en la respiración mientras el especialista elonga sus articulaciones y las ajusta de manera lenta y cadenciosa.
La terapia también puede ser activa mediante actividades dirigidas acompañadas con música y con algunos materiales de resistencia o flotación que ayudarán con el equilibrio o sesiones grupales donde la socialización aunada a la resistencia generada en el agua por los cambios de dirección de las personas involucradas, la música y la interacción eleva el ánimo, mejora el equilibrio y previene caídas. En suma, es la vía idónea para alimentar el alma, ejercitar el cuerpo y sentir amor a la vida por medio de la movilidad y el agua.
Por lo antes dicho, se debe de buscar alternativas para mejorar la salud de una población que en el mediano plazo requerirá no sólo de una seguridad social a la altura de las circunstancias sino también para contar con un envejecimiento digno de un segmento que necesitará mejor movilidad para su libertad e independencia.
Yanira Estrada
CEO de Haphy
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