Yanira Estrada
Desde hace unos años, todas las naciones sin excepción alguna han registrado un aumento en el número de adultos mayores, lo que nos indica que el mundo está envejeciendo a un ritmo constante.
En pleno siglo XXI, la modernidad ha traído grandes avances tecnológicos y sociales que se pueden ver a simple vista: hoy nos comunicamos de forma más rápida por videollamada, podemos adquirir productos por internet o conseguir alimentos con solicitarlo vía apps; sin embargo, aunque esto ya facilita nuestra vida en distintos sentidos, también ha afectado la manera de movernos y se ha acentuado en los adultos contemporáneos y mucho más en los llamados mayores.
De acuerdo a proyecciones mundiales, se estima que en el año 2025 una de cuatro personas llegará a tener 65 años o más. Ante este fenómeno, ¿qué hacer para poseer una vida adulta más saludable en materia de movilidad?
Si bien es cierto que el envejecimiento en los seres humanos es parte de la vida y conlleva varios factores como el biológico, social y psicológico, éste se asocia también con la pérdida de la función neuromuscular y del rendimiento, esto relacionado con la disminución de la fuerza y potencia muscular causada por la pérdida de los músculos esqueléticos y los cambios de la arquitectura muscular. Está baja tanto en la fuerza y la potencia muscular, junto con otros factores como el envejecimiento del sistema nervioso somatosensorial y motor, tiene varias implicaciones funcionales tales como la disminución al caminar, aumento del riesgo de caídas y una reducción de la capacidad para llevar a cabo las sus actividades diarias.
Principales cambios estructurales y sus consecuencias fisiológicas o fisiopatológicas en el proceso de envejecimiento
Cambios estructurales | Consecuencias fisiológicas o fisiopatológicas |
Aparato respiratorio: Baja de la distensibilidad de la pared torácica y pulmonar, disminución de la fuerza de la tos y aclaramiento mucociliar. | Merma de la capacidad vital, aumento del volumen residual y de la diferencia alvéolo arterial de oxígeno, incremento del riesgo de infecciones y broncoaspiración. |
Aparato cardiovascular: Descreimiento del número de células miocárdicas y de la contractilidad, aumento de resistencia al llenado ventricular, rigidez de las arterias, descenso del gasto cardíaco y del flujo sanguíneo de la mayoría de los órganos. | Disminución de la reserva cardíaca, escasa respuesta del pulso con el ejercicio, arritmias, aumento de la presión diferencial del pulso, incremento de la presión arterial. |
Aparato renal: Descenso del tono vesical y del esfínter, disminución de la capacidad de la vejiga, hipertrofia prostática en hombres y declive del tono de la musculatura pélvica en mujeres. | Reducción en la habilidad de concentración y máxima capacidad de reabsorción de la glucosa.
Incontinencia. |
Aparato locomotor: Estatura: Acortamiento de la columna vertebral por estrechamiento del disco, cifosis.
– Huesos: Pérdida universal de masa ósea. -Articulaciones: disminución de la elasticidad articular, degeneración fibrilar del cartílago articular, con atrofia y denudación de la superficie. -Músculos: Caída del número de células musculares, aumento del contenido de grasa muscular. |
-Descenso progresivo de altura.
-Osteoporosis. -Colapso vertebral y fractura de huesos largos con traumas mínimos. – Limitación articular. -Pérdida de fuerza muscular progresiva. -Disminución de la eficacia mecánica del músculo. |
Fisioterapia para mejorar la salud
A través de estos procedimientos, los adultos mayores pueden:
- Mejora el equilibrio y previene complicaciones como caídas y sus posibles consecuencias (fracturas o lesiones).
- Aumenta las funciones respiratorias y digestivas, previniendo el estreñimiento y otras complicaciones.
- Previene contracturas y rigidez en los músculos y las articulaciones.
- Evita o retrasa la aparición de enfermedades como diabetes o problemas cardiovasculares.
- Aumenta la fuerza y la resistencia, así como su movilidad.
- Facilita conductas y sensaciones positivas, contribuyendo a combatir y/o evitar la depresión.
Por lo antes mencionado, la fisioterapia se puede aplicar como parte de un tratamiento determinado para tratar ciertas enfermedades durante un padecimiento o como parte complementaria en una rehabilitación, incluso se indica como un refuerzo del estado físico en los adultos mayores.
Asimismo, al emprender este tipo de procedimientos en este segmento de la población, fomenta el movimiento y la autonomía con el único objetivo de aumentar las posibilidades de que una persona envejezca con una mejor calidad de vida.
Yanira Estrada
CEO de Haphy
yanira@haphybyaquasense.com